Robot israelí utiliza parte del cuerpo de langostas para realizar una tarea increíble

El innovador robot utiliza antenas de langosta y tecnología electrónica para la detección de olores, con un potencial ilimitado.

Por Marion Fischel, Israel21c


(Shutterstock)

Investigadores israelíes han inventado el primer robot que puede oler, utilizando antenas de langosta del desierto como sensores biológicos integrados con sistemas electrónicos.

Un equipo de investigación dirigido por la estudiante de doctorado Neta Shvil de la Escuela de Neurociencia Sagol de la Universidad de Tel Aviv construyó el «discriminador de olores» biohíbrido que es 10.000 veces más potente que un dispositivo electrónico de detección de olores de uso común.

Los investigadores conectaron antenas de langostas a una tecnología conocida como EAG, que registra las señales eléctricas recibidas de la antena de langostas en respuesta a una variedad de olores.

Expusieron al robot a diferentes olores mientras medían la actividad eléctrica que inducía cada olor. Luego, utilizaron el aprendizaje automático para crear una biblioteca de ocho olores, incluidos geranio, limón y mazapán, y dos mezclas de olores diferentes.

El miembro del equipo Ben Maoz dijo que el sistema permite el reconocimiento e identificación de olores cuando se usa junto con un dispositivo electrónico.

“El futuro del estudio es básicamente usar este sistema en lugares donde el olor es significativo y no podemos identificar el olor con las herramientas actuales”, dijo Maoz.

Un robot que puede oler e identificar olores

Explicó que así como los animales tienen “habilidades asombrosas” para detectar explosivos o drogas, enfermedades y terremotos, un robot con nariz biológica podría ayudar a salvar vidas “e identificar a los delincuentes de una manera que hoy no es posible”.

El equipo de investigación también incluyó al Prof. Yossi Yovel y al Prof. Amir Ayali de la Escuela de Zoología de la TAU. Los resultados del estudio se publicaron en la revista Biosensor and Bioelectronics.

Los investigadores concluyeron que los sensores biohíbridos – que combinan sensores biológicos animales con componentes electrónicos para lograr la máxima detección y clasificación – “demuestran un principio que se puede aplicar a otros sentidos, como la vista y el tacto”.

 

Traducción: Consulado General H. de Israel en Guayaquil
Fuente: United wth Israel
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