La hipocresía de Harvard

Un análisis de la situación en las universidades estadounidense y antisemitismo.


Campus de la Universidad de Harvard, retratado en 2019.
Foto: David Adam Kess/ CC BY-SA 4.0 via Wikimedia Commons.

Por Dr. Israel Jamitovsky

El Prof. Yedidia Stern es un destacado jurista y docente israelí. En la actualidad preside el Instituto de Política del Pueblo Judío, imparte en la Facultad de Derecho de la Universidad de Bar Ilán y es miembro de distintas corporaciones públicas de Israel. Ortodoxo liberal y moderado, en el pasado fue vicepresidente del Instituto Israelí de Democracia e impartió en la Universidad de  Harvard así como en la Universidad Monash de AuPorstralia.

Tanto su maestría como su doctorado los obtuvo en la Universidad de Harvard,  en este último caso en el espacio del Derecho Comercial bajo la orientación y égida del Prof. Louis Loss, miembro a la sazón de la Comisión de Valores Bursátiles y de Bolsa de Estados Unidos.

Por todas estas consideraciones,   entiendo pertinente invocar brevemente sus reflexiones en torno a lo que está sucediendo en dicho recinto universitario y que vertiera este último fin de semana en un cotidiano israelí.

Como es de conocimiento público desde el bárbaro ataque perpetrado por Hamás el 7 de Octubre,  estudiantes judíos de la Universidad de Harvard se ven obligados a ocultar su identidad judía, son objeto de insultos, salivazos e inclusive agresiones físicas en los márgenes del recinto universitario.  Hasta el momento se desconoce la identidad de los agresores,

Sobre las escaleras que conducen a la biblioteca de la universidad, asoma un pancarta que dice textualmente intifada, intifada, del río al mar Palestina será libre. Es decir, sobre esa suerte de templo o altar de la cultura norteamericana, aflora un llamado inequívoco  a empuñar las armas y destruir   el Estado de Israel .El llamado es claro. Ya no se trata de territorios ocupados o la vulneración de derechos individuales, sino la oposición categórica a la autodeterminación del pueblo judío y su legítimo derecho a erigir su propio estado.

Ante esta rotunda manifestación de claro y categórico antisemitismo en el propio recinto universitario, la reacción de la presidencia de la universidad mas importante del mundo, fue » Harvard está comprometida a proteger el derecho de expresión «.Surgieron protestas y la presidencia de la universidad intentó enmendar en algo la antedicha declaración, pero fue insuficiente. El daño estaba hecho.

Stern aporta un guarismo muy interesante y elocuente  En Estados Unidos  existe un rango y clasificación  en lo relativo a la libertad de expresión en las universidades y otros recintos universitarios. Harvard que en lo relativo al espacio propiamente académico se ubica en  el primer lugar en el mundo, en lo que atañe a la libertad de expresión se ubica en el lugar 254, lo que según Stern evidencia que más allá de la actitud hacia los judíos, Harvard silencia mucho mas voces que cualquier otra universidad,  conspira contra la libertad de expresión y encabeza la nómina de quienes procuran acallar  “posturas incorrectas”. Y  cuando distintas organizaciones estudiantiles responsabilizan a Israel de la matanza y las atrocidades cometidas por Hamás el 7 de Octubre, súbitamente Harvard invoca la libertad de expresión a costa de la verdad. Esa suerte de relativismo ético y doble estándar(tan lejanos a la tradición judía), es vergonzoso y configura el colmo de la hipocresía.

Invocando un digno pasado

Stern guarda gratos recuerdos del pasado cuando estudiaba e impartía en Harvard en lo que atañe a la condición judía. En Sucot(festividad de las cabañas), su señora y sus amigas erigieron una hermosa sucá(cabaña) en el propio espacio  universitario en la que confraternizaban judíos y gentiles .El otorgamiento de los títulos no se celebraba en la festividad de Shavuot(día de entrega de los Rollos de la Biblia Hebrea) para posibilitar la presencia de judíos observantes en dicha ceremonia.

El Dia del Perdón (Iom Kipur), la sinagoga de la Universidad  en Beth Hilel resultaba pequeña para albergar el número de judíos que ansiaba participar en los servicios religiosos, de ahí que el Movimiento Conservador organizaba sus servicios religiosos en unas de las sala de conferencias de la universidad, en tanto que aquellos identificados con el Movimiento Reformista lo hacían en el local de la Iglesia Católica.

Lamentablemente todo esto pertenece al pasado.  Actualmente los estudiantes judíos de Harvard se ven compelidos a ocultar su identidad y sus símbolos más visibles: el solideo, la estrella de David así como la Mezuzá (rollo de pergamino en el cual están inscriptas dos de las plegarias mas solemnes del judaísmo y ubicada a la entrada de cualquier  hogar o establecimientos de  judíos ).

 

El dilema de un docente comprometido

Stern confiesa que en la actualidad se topa ante un difícil dilema. En su momento y en su calidad de Rector de la Facultad de Derecho de la Universidad de Bar-Ilán, solía conceder becas a numerosos estudiantes sobresalientes para que hicieran  su  segundo y tercero título en destacadas universidades americanas, pues más allá de su especialización en determinados espacios del Derecho, no era menos importante abrir el horizonte de sus alumnos y fortalecer  su compromiso con los supuestos de la democracia liberal y los derechos humanos, pero en la actualidad tanto Harvard como parte de las universidades de la costa este y oeste de Estados Unidos, no santifican los derechos humanos sino sólo los  de aquellos colectivos rotulados «oprimidos» y al parecer el judío no pertenece a estos conglomerados. Su opinión es categórica. Harvard y otras prestigiosas universidades americanas están al borde de la quiebra moral y naturalmente al igual que otros juristas y politólogos, le inquieta el futuro de la dirigencia americana de las próximas generaciones.

Una última reflexión especialmente para los lectores y lectoras del exterior. Por supuesto que preocupa lo que sucede en los recintos universitarios americanos, pero Estados Unidos no es sólo sus universidades. Recientemente hubo un debate público entre los distintos candidatos del partido republicano a presidente. Todos ellos sin excepción apoyaron categóricamente a Israel, otro tanto hacen millones de evangelistas en Estados Unidos y en todo el mundo. La ayuda especial brindada por Estados Unidos a Israel fue aprobada en el Congreso por una inmensa mayoría,  todo ello sin perjuicio que inquietan posturas del ala izquierda del   partido   demócrata y tendencias en parte de la juventud norteamericana, con las que Israel deberá enfrentarse y  paralelamente procurar avanzar en el proceso de paz con los palestinos.

 

Fuente: Aurora Digital
https://aurora-israel.co.il/la-hipocresia-de-harvard/



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