23 Jul Conectar con los amigos y seguir siendo feliz, a pesar de los retos

La resiliencia y el sentido de comunidad contribuyen a nuestra felicidad. (crédito de la foto: HELENA LOPES/UNSPLASH)

Según la última encuesta de la ONU sobre la felicidad, los israelíes son los cuartos más felices de 130 países.

POR: DR. MIKE GROPPER

Durante los últimos 10 meses, como nación hemos soportado un enorme estrés que no ha cesado. Desde el 7 de octubre, cuando comenzó el subidón de adrenalina, la sensación de incertidumbre y preocupación ha sido constante. Al fin y al cabo, estamos en guerra, una guerra que amenaza la supervivencia de nuestra nación.

Supongo que siempre he tenido la sensación de que, de un modo u otro, estábamos en guerra. Esta guerra es ciertamente diferente y, de hecho, bastante aterradora, y nadie sabe realmente hacia dónde se dirige y cómo se verán las cosas incluso dentro de un mes.

¿Podremos declarar la victoria sobre Hamás, hacer retroceder a Hezbolá y devolver a la gente a sus hogares? ¿Volverán a casa nuestros rehenes? ¿Comenzará Irán a atacar de nuevo como lo hizo la noche del 14 de abril, milagrosamente sin hacernos daño? Sí, hay milagros, muchos de ellos.

Entonces, con todas estas amenazas a nuestra seguridad nacional, ¿cómo es que en general somos un pueblo feliz? Así lo confirma la última encuesta sobre la felicidad realizada por la ONU, según la cual Israel es el cuarto pueblo más feliz de 130 naciones.

Una persona de fuera declararía que este hallazgo es imposible, y que no puede ser cierto. Sin embargo, si se pregunta a los israelíes, lo más probable es que estén de acuerdo en que, a pesar de todo, somos un país feliz, lleno de amor por nuestro pueblo y nuestra nación. Como sugiere el nombre de nuestro himno nacional, «Hatikvah», nunca perdemos la esperanza. Y, aunque la calificación de felicidad mencionada anteriormente se hizo en 2022, los hechos generales que son la base de esta alta calificación siguen muy intactos.

Una familia se sienta a cenar en comunidad. (crédito: Annie Spratt/Unsplash)

Hay muchas explicaciones en el estudio de la ONU sobre por qué ciertas naciones son más felices que otras. Ciertamente, para Israel hay muchas razones. He decidido centrar mi atención en el sentido de comunidad, amistad y resiliencia.

Es cierto que en estos momentos Israel se enfrenta a retos únicos, pero la resiliencia y el sentido de comunidad de su pueblo contribuyen a su felicidad. Exploremos algunos aspectos de por qué los israelíes siguen siendo positivos incluso en tiempos difíciles.

Propósito compartido y unidad

Los israelíes se reúnen a menudo durante las fiestas nacionales, las celebraciones y los momentos de crisis. El sentido de unidad y propósito compartido fomenta un fuerte vínculo entre los ciudadanos.

Servir en el ejército es una experiencia común, que crea conexiones que trascienden orígenes y estatus sociales.

Los grupos juveniles proporcionan una sólida base de amistad y una experiencia unificadora para los jóvenes y fomentan el valor de la amistad.

Comunidad y «hevra»

El término hebreo «hevra» encierra los valores de la amistad y la comunidad. Los israelíes dan prioridad a las relaciones con la familia, los amigos y los vecinos.

Ya sea a través de reuniones familiares, cenas de Shabat o encuentros informales, estas conexiones proporcionan apoyo emocional.

Las relaciones que se forjan en el ejército o en el Sherut Leumi (Servicio Nacional) fomentan lazos fuertes porque son experiencias poderosas, y estos lazos permanecen con muchos israelíes durante toda la vida.

Aliyah

Las personas que se han trasladado a Israel suelen encontrarse con otras que están pasando por lo mismo. Muy a menudo, los jóvenes y/o las familias se relacionan con personas que tienen experiencias similares y comparten las pruebas y tribulaciones de trasladarse a un nuevo país.

Mi mujer y yo pasamos por esto en Haifa, donde empezamos, y nos hicimos muy buenos amigos de otros angloparlantes, formando nuestra propia comunidad de amistad y apoyo. Muchos años después, seguimos manteniendo muchas de estas amistades.

País pequeño, lazos fuertes

El pequeño tamaño de Israel hace que los acontecimientos, tanto alegres como trágicos, afecten a casi todo el mundo. La interconexión crea una sensación de destino compartido.

Tanto si celebran un logro nacional como si lloran una pérdida, los israelíes permanecen unidos.

Milagros y gratitud

El reconocimiento de los milagros, grandes y pequeños, contribuye a una actitud positiva.

La gratitud por la vida, la libertad y la capacidad de prosperar a pesar de los desafíos refuerza la felicidad.

Durante los últimos 10 meses, mi mujer y yo, como muchos otros israelíes, estuvimos de guardia para ayudar a nuestros hijos y a nuestros nietos, ya que algunos de nuestros familiares estaban directamente implicados en la guerra. Es fácil olvidarse de uno mismo y de sus propias necesidades.

Al igual que muchos, hicimos todo lo posible para hacer ejercicio y mantenernos positivos, y como terapeutas hemos ayudado a otros a lograr lo mismo. Pero durante esta crisis, a menudo descuidamos la necesidad de reunirnos con amigos.

Recientemente, decidimos tomarnos un descanso de la familia e invitamos a una pareja muy especial a nuestra mesa de cena de Shabat. Fue una noche maravillosa, y mi esposa y yo estuvimos muy felices de haberlo hecho.

La velada fue un recordatorio de la importancia de conectarse con los amigos incluso durante las dificultades que todos enfrentamos en este momento. Sin duda, mantener la amistad es uno de los mayores secretos de nuestra felicidad en Israel.

Mi consejo para los demás es que se acerquen y se reúnan con amigos, viejos y nuevos. Los hará sentir mejor y al menos les dará cierto control sobre una necesidad emocional importante durante estos días difíciles.

El autor es un psicoterapeuta cognitivo-conductual que trata a adultos y niños, así como a parejas. Atiende a clientes en Ra’anana y en su clínica en Jerusalem. Puede ser contactado para consultas y/o programar terapia en línea. drmikegropper@gmail.com; facebook.com/drmikegropper

Traducción: Consulado General H. de Israel en Guayaquil
Fuente: The Jerusalem Post