Deficiencias nutricionales de los rehenes en Gaza: preocupaciones médicas por los liberados

Los informes indican que su dieta consistía principalmente en pan, porciones limitadas de arroz e incluso se sospecha que los obligaban a beber agua de mar en lugar de agua potable.

Por el Dr. Itay Gal


El Hospital Beilinson de los Servicios de Salud Clalit se prepara para recibir a más rehenes liberados. (Foto: Cortesía)

El prolongado cautiverio de los rehenes en Gaza, que duró aproximadamente 18 meses, ha suscitado importantes preocupaciones sobre su salud. Los informes indican que su dieta consistía principalmente en pan, porciones limitadas de arroz e incluso sospechas de que se les obligaba a beber agua de mar en lugar de agua potable. Los rehenes soportaron duras condiciones higiénicas, falta total de luz solar y una nutrición básica insuficiente. Estas condiciones no satisfacen las necesidades fundamentales del cuerpo humano, especialmente durante un período tan prolongado, lo que conduce a daños multi-sistémicos y un grave deterioro de la salud.

Deficiencia de vitamina D: el impacto de la oscuridad prolongada

La falta de luz solar durante un período prolongado produce una grave deficiencia de vitamina D. Esta vitamina esencial ayuda a mantener la salud de los huesos regulando los niveles de calcio y fósforo. La deficiencia prolongada causa pérdida de masa ósea, un mayor riesgo de fracturas y, en casos graves, raquitismo – una enfermedad en la que los huesos se vuelven blandos, débiles y deformados.

Además, la deficiencia de vitamina D afecta a la función inmunológica, lo que aumenta la susceptibilidad a las infecciones y se ha relacionado con enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple. Neurológicamente, la vitamina D favorece el funcionamiento adecuado del cerebro y su ausencia se asocia con depresión, ansiedad, fatiga crónica y trastornos de déficit de atención.

Vitaminas B: Preocupaciones sobre el síndrome de realimentación y el daño neurológico


Luis Har (a la izquierda) y Fernando Marman (centro), dos rehenes rescatados en una operación de fuerzas especiales en Rafah, Gaza, la madrugada del lunes, se reúnen con sus seres queridos más tarde ese mismo día en el Centro Médico Sheba en Tel Hashomer. (Foto: IDF/Reuters)

Las vitaminas B son fundamentales para el sistema nervioso, la producción de energía, la digestión y el metabolismo. Una dieta limitada a pan y arroz aporta poca o ninguna vitamina B, lo que provoca deficiencias graves:

Tiamina (B1): esencial para el funcionamiento del sistema nervioso y el metabolismo de la glucosa. Su ausencia provoca beriberi, una afección caracterizada por daño muscular, problemas nerviosos (p. ej., hormigueo o dolor en las piernas) e insuficiencia cardíaca.

Vitamina B6: necesaria para producir neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, vitales para la salud mental y física. Su deficiencia puede provocar inquietud, depresión y un sistema inmunológico debilitado.

Vitamina B12: Procedente principalmente de alimentos de origen animal, es fundamental para la producción de glóbulos rojos y la salud del sistema nervioso. Una deficiencia prolongada provoca anemia grave, fatiga, daño irreversible a los nervios (p. ej., entumecimiento, debilidad muscular) y deterioro cognitivo como confusión o pérdida de memoria.

Deficiencia de hierro y anemia: una amenaza para la energía y la resiliencia

El hierro es esencial para producir hemoglobina, la molécula que transporta oxígeno por todo el cuerpo. La deficiencia de hierro produce anemia, una afección en la que el cuerpo tiene dificultades para suministrar oxígeno a los tejidos. Esto provoca fatiga extrema, debilidad general, dolores de cabeza y mareos. Una deficiencia grave puede provocar caídas significativas de la presión arterial, dificultad para respirar y deterioro de la función cardíaca.

Deficiencia de proteínas: daño a la masa muscular y al sistema inmunológico

Las proteínas son los componentes básicos del cuerpo, participan en el desarrollo muscular, la producción de enzimas y hormonas y el apoyo inmunológico. Una dieta a base de pan y arroz carece de proteínas suficientes, lo que provoca pérdida de masa muscular, debilidad extrema y menor capacidad para recuperarse de enfermedades o lesiones. La deficiencia grave de proteínas puede provocar kwashiorkor, que se caracteriza por hinchazón de las extremidades y la cara, emaciación extrema y cambios en la piel y el cabello. También debilita el sistema inmunológico, lo que aumenta la vulnerabilidad a las infecciones y dificulta la recuperación.

Deficiencia de vitamina C: riesgo de escorbuto y daño del tejido

La vitamina C es vital para la producción de colágeno, que ayuda a los vasos sanguíneos, la piel y los huesos. La deficiencia afecta la capacidad del cuerpo para combatir infecciones y, con el tiempo, provoca escorbuto. Los síntomas incluyen sangrado de encías, dolor de huesos, hematomas en la piel y pérdida de dientes. Como potente antioxidante, la vitamina C también neutraliza los radicales libres, lo que reduce el riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas y cáncer.

Deficiencias de magnesio y potasio: riesgos para la salud cardíaca y muscular

El magnesio y el potasio son esenciales para el funcionamiento del corazón, los músculos y los nervios. La deficiencia de magnesio causa calambres musculares, espasmos, entumecimiento y ritmos cardíacos irregulares. La deficiencia de potasio afecta la actividad cardíaca y muscular, causando fatiga, estreñimiento, debilidad muscular y, en casos extremos, parálisis temporal. Las deficiencias prolongadas aumentan significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas graves, incluido el paro cardíaco.

Consumo de agua de mar: riesgos de deshidratación e insuficiencia renal

Beber agua de mar, con su alta concentración de sal, exacerba la pérdida de líquidos y ejerce una enorme presión sobre los riñones en su intento de expulsar el exceso de sal. Esto puede provocar insuficiencia renal aguda, deshidratación grave, piel seca y peligrosos desequilibrios electrolíticos, lo que supone un riesgo inmediato de muerte.

Deficiencias de zinc y yodo: impacto en la inmunidad y el metabolismo

El zinc es vital para la función inmunológica, la cicatrización de heridas y la división celular. Su deficiencia provoca un retraso en la cicatrización, la caída del cabello, la reducción del gusto y una mayor susceptibilidad a las infecciones. El yodo, que se encuentra principalmente en los mariscos y la sal yodada, es crucial para la actividad de la glándula tiroides. Su deficiencia provoca hipotiroidismo, ralentiza el metabolismo, provoca fatiga, aumento de peso y deterioro cognitivo.

El costo psicológico de la mala nutrición

Las deficiencias nutricionales a largo plazo no solo afectan la salud física, sino también el bienestar mental. Aumentan el riesgo de ansiedad, depresión, desesperación y agotamiento mental. Combinado con el trauma del cautiverio, los rehenes necesitan apoyo psicológico junto con rehabilitación física.

Recuperación gradual: intervenciones médicas para rehenes liberados

Según las directrices del Ministerio de Salud, desarrolladas por dietistas clínicos, la recuperación incluye abordar los déficits nutricionales que pueden no aparecer en los análisis de sangre. A su llegada a la base militar, los rehenes reciben té, tres galletas y vitamina B1 para prevenir el síndrome de realimentación potencialmente fatal. A esto le sigue una dieta equilibrada y una suplementación nutricional completa para restablecer las proteínas, vitaminas y minerales que les faltan.

 

Traducción: Consulado General H. de Israel en Guayaquil
Fuente: The Jerusalem Post



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