
11 Feb Rehenes liberados necesitan atención urgente tras inanición extrema en cautiverio de Hamás – explicación
Los rehenes que emergieron de la brutal etapa de humillación de Hamás han hecho sonar las alarmas en el sistema de salud de Israel, que ahora se prepara para un tratamiento intensivo.
Por el Dr. Itay Gal
Ohad Ben Ami, un rehén retenido en Gaza desde el mortal ataque del 7 de octubre de 2023, es liberado por terroristas de Hamás como parte de un alto al fuego y un acuerdo de intercambio de rehenes por prisioneros entre Hamás e Israel en Deir Al-Balah, en el centro de la Franja de Gaza, el 8 de febrero de 2025. (Foto: REUTERS/Ramadan Abed)
El aspecto demacrado de los rehenes liberados, que han perdido peso significativamente debido a la inanición extrema, sobreviviendo con carbohidratos mínimos sin proteínas, vitaminas ni minerales, fue visible inmediatamente después de su liberación el sábado por la mañana.
Más allá de los signos externos, es probable que sufran un daño multisistémico grave, que requiere atención médica urgente en Israel.
El cuerpo humano depende de un suministro continuo de energía y nutrientes para funcionar correctamente. Cuando se le priva de alimentos durante períodos prolongados, entra en un modo de emergencia metabólica, descomponiendo grasa y músculo para mantenerse. Esto conduce a cambios físicos dramáticos, ofreciendo una clara evidencia de desnutrición severa.
Un indicador clave del estado nutricional es el índice de masa corporal (IMC). Un IMC por debajo de 18 se clasifica como desnutrición grave, mientras que un IMC por debajo de 13 se considera potencialmente mortal, lo que indica que el cuerpo ha perdido cantidades críticas de grasa y músculo.
La inanición extrema que sufrieron los rehenes es evidente en su condición física:
- Pómulos pronunciados
En condiciones normales, las mejillas están sostenidas por una capa de grasa y músculo. En casos de inanición prolongada, estas reservas de grasa se agotan y los músculos se debilitan, dando lugar a rasgos faciales pronunciados y hundidos.
(De izq. a der.) Ohad Ben Ami, Or Levy y Eli Sharabi, liberados del cautiverio de Hamás el 8 de febrero de 2025. (Foto: Canva, REUTERS/Ramadan Abed)
- Piel de la cara y ojos hundidos
La pérdida de grasa subcutánea hace que la piel se caiga, perdiendo su elasticidad y soporte. Esto le da al rostro un aspecto hueco y deshidratado. Alrededor de los ojos – donde la piel es particularmente delicada – se forman profundos huecos, creando una apariencia fatigada y enfermiza.
- Nuez de Adán prominente
La desnutrición severa conduce a una pérdida muscular significativa alrededor del cuello, haciendo que la nuez de Adán sea muy visible. Esto hace que el cuello parezca frágil y delgado, a veces exponiendo los huesos subyacentes.
- Clavículas protuberantes
En individuos sanos, la clavícula está amortiguada por una capa de grasa y músculo. En casos de inanición extrema, estas capas se agotan, haciendo que los huesos se destaquen marcadamente.
- Atrofia muscular generalizada
Una falta grave de proteínas y calorías obliga al cuerpo a descomponer su propia masa muscular para obtener energía. Esto produce una contracción muscular significativa en todo el cuerpo, incluidos los brazos, las piernas, la cara y el pecho, dando un aspecto demacrado.
Más allá de la apariencia: los peligros ocultos de la inanición
La inanición extrema no solo afecta la apariencia física, sino que también causa estragos en la salud general. El sistema inmunológico se debilita, la temperatura corporal desciende y las personas experimentan fatiga extrema y depresión profunda. En los casos más graves, el daño puede ser irreversible y provocar complicaciones a largo plazo en el sistema cardiovascular, los huesos y el sistema nervioso.
El desgaste muscular también afecta al corazón, reduciendo su capacidad para funcionar correctamente. El debilitamiento de los músculos respiratorios entre las costillas puede causar dificultades respiratorias y los músculos del sistema digestivo pueden atrofiarse, lo que complica aún más la recuperación.
La rehabilitación de estas afecciones requiere una supervisión médica intensiva, que incluye una realimentación gradual y un control minucioso del funcionamiento de los órganos para prevenir complicaciones potencialmente mortales, como el síndrome de realimentación, y mitigar el daño causado por la inanición prolongada.
Traducción: Consulado General H. de Israel en Guayaquil
Fuente: The Jerusalem Post