Israel es una democracia parlamentaria formada por el poder Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. Sus instituciones son la Presidencia, la Knéset (parlamento), el gobierno (gabinete de ministros) y el sistema judicial. Se basa en el principio de división de poderes, en que el poder ejecutivo (el gobierno) depende del voto de confianza del poder legislativo (la Knéset) y la independencia del poder judicial está garantizada por ley.
La autoridad ejecutiva del estado es el gobierno (gabinete de ministros), encargada de administrar los asuntos internos y externos, incluyendo asuntos de seguridad. Sus poderes políticos son muy amplios y está autorizado a actuar en cualquier asunto que no esté delegado por ley a otra autoridad.
El gobierno determina sus propios procedimientos de trabajo y toma de resoluciones. Generalmente se reúne una vez por semana, pero pueden ser citadas reuniones adicionales en caso de ser necesario. Así mismo, puede actuar por medio de comisiones ministeriales.